Y así, como quien riega su silencio,
te has ido sin hacer daño a la muerte,
ciudadano del cielo y de la tierra,
cachorro de paloma y de serpiente.
Te vas a Dios, al padre de la vida
que te hizo a Vos, al sol y a las estrellas,
a Dios, del que como un tatuaje,
grabadas en tu cuerpo estan sus huellas.
Y te vas veinte siglos por delante,